(La verdadera musa del poeta de quien el se enamora,
la ama, la cuida, la protege, la viste, la desviste,
la enamora ella siempre será…..)
LA PALABRA
La encontré desnuda en la soledad del burdel
violada, ultrajada en su ser de paloma
arrimó silencio a las horas oscuras
y lloró en mi almohada.
Manchada de besos, herida en el alma
rotas sus alas, su negra desgracia
la sombra del agua llovió en la memoria
su pena cansada.
La encontré desnuda sin una metáfora,
desprovista de todo, ¡encontré la palabra!,
después de asilarme,
en sus ojos sin brillo, en su dulce mirada,
en el canto profundo que brota del alma,
en la espuma que trae el mar a la playa,
en los vientos alisios que soplan sin calma,
en los ríos de sangre, en los ríos de agua,
en las noches de Luna allá en la montaña,
en las piedras que sufren de olvido y distancia,
en ellas y en todo, encontré la palabra.
Por las calles sin lumbre,
donde el Sol ya no pasa,
nos fuimos amando, ardiendo en la fragua
ebrios de besos, locos de ansias
su cuerpo el deseo en mi mano temblaba
nos fuimos amando,
nos fuimos quitando las prendas del alma.
Tú,
la hembra de fuego, la ardiente palabra.
Yo, el triste sujeto…
de la página blanca.
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